A 70 años de su nacimiento. UBALDO CHAMORRO LEZCANO - Un “caminante que hizo camino al andar” .

14.05.2015 18:20

Por Lila Molinier

Ubaldo nació en Puerto Guaraní[1], el 16 de mayo de 1945. Su madre, Catalina Lezcano, oriunda de Puerto Olimpo, tenía ascendencia indígena, y su padre, Bernabé Chamorro, era oriundo de Caazapá; había sido chofer en la Guerra del Chaco, y trabajaba en la empresa agroforestal y taninera del Puerto, como la mayoría de los pobladores inmigrantes. 

A los ocho años emigró a Asunción para vivir con la familia de una de sus hermanas, continuar sus estudios primarios en la Escuela República Argentina, y los secundarios básicos en la Escuela Nacional de Comercio Nº 1. Trabajó como ayudante en el taller mecánico de un tío,  y a los 15 años,  entró en contacto con los adolescentes trabajadores en los pequeños talleres de oficio de la Parroquia de San Roque, donde la Juventud Obrera Católica (JOC) preparaba a un grupo de jóvenes aspirantes al Colegio Episcopal de San Juan Bautista de las Misiones, seminario de régimen abierto para la vocación sacerdotal tardía, fundado y dirigido por el Monseñor Ramón Bogarín Argaña.

A los 16 años logró ingresar a dicho Colegio Episcopal, donde se incorporó como seminarista, y trabajador en las diversas actividades remuneradas generadas por los proyectos productivos autogestionarios del Colegio y de desarrollo urbano dirigidos por el Monseñor Bogarín Argaña (huerta, cría de animales menores, arborizaciones, instalación de plazas, entre otros).

Al mismo tiempo, siguió y concluyó sus estudios de bachillerato en el Liceo Misionero de San Juan Bautista, donde integró el Centro de Estudiantes como Secretario, y activó en el trabajo gremial para la formación de la Federación de Estudiantes Sanjuaninos y la realización del Congreso Estudiantil Obrero y Rural de Misiones, truncado por la represión militar de la región.  Posteriormente, se inició en el ejercicio docente, en la formación de líderes de los Boy Scouts, Desde esos años conoció a los misioneros que lograron destacarse en el ámbito de la acción social de la iglesia católica paraguaya, así como en el medio social gremial, promocional y académico, como Luis Galeano, Dionisio Borda, Mario Melanio Medina, Basílica Espínola, Leonardo Miño.

Entre 1965-1966 militó en la Juventud Agraria Católica (JAC), y representó a Misiones en el Movimiento Internacional de la Juventud Agraria y Rural Católica (MIJARC). Luego, integró un equipo para estudios de Filosofía, junto con profesores y sacerdotes de San Ignacio y San Juan, Misiones, cuyo  propósito fue filosofar y trascender el estudio a los filósofos. En este contexto estudió el guaraní, su lengua materna, logrando leerlo y escribirlo con solvencia.

Entre 1969 – 1971 prosiguió su formación religiosa en el nuevo Seminario Mayor, marco en el cual estudió Filosofía en la Universidad Católica. Allí continuó la estrategia de estudio-trabajo que le permitió vivir con dignidad la pobreza, y sostener su formación, junto con un grupo de compañeros del interior. Al mismo tiempo, los múltiples círculos interdisciplinarios de lectura y discusión sobre la Teología de la Liberación y de la nueva pedagogía crítica de Paulo Freire, fueron experiencias enriquecedoras para su formación e inserción social en la educación popular.

La estrategia autogestionaria en el Seminario, vinculada a una propuesta de formación y vivencia sacerdotal liberadora, fue difundida y ganó aliados en los seminarios menores del interior (Villarrica,  Aspirantado Salesiano de Ypacarai),  y llevó al grupo a una identificación con los campesinos pobres y organizados, en un contexto de relativa efervescencia social en el Paraguay y América Latina (1968-73), en particular, de los estudiantes universitarios y los movimientos juveniles católicos, pero los marginó de la carrera sacerdotal.

En 1971, alejados del Seminario, el grupo de seminaristas críticos se propuso contribuir a cambiar la situación de pobreza y opresión de la población rural. Junto con Homobono González, José Parra, Tasiano Cardozo y Gerardo Servián (ya fallecido), y con  la asesoría del sociólogo Cristóbal Ortiz, del Instituto de Desarrollo Integral y Armónico (IDIA), impulsaron un proyecto productivo, autogestionario y de investigación de las características del campesino paraguayo, para ofrecer alternativas viables de organización y desarrollo social.

Este proyecto fue presentado a las Ligas Agrarias, para abandonar las aulas y comprometerse con los campesinos, que una vez aprobado, arrancó su ejecución en enero de 1972, localizado en un terreno de 10 hectáreas, adquirido a crédito a la familia de Macario Cardozo (JAC), en Potrero Margarita (Santa María, Colonia Blas Garay), una localidad próxima al Colegio Carlos Pfannl de Coronel Oviedo. Sin el apoyo de la iglesia institucional, ni del obispo de la zona, la experiencia no llegó a cumplir un año, debido a la persecución y la amenaza de expulsión del grupo por parte de la Delegación de Gobierno de Caaguazú. La toma de la Catedral de Coronel Oviedo (fines de 1972) por parte de los campesinos, logró evitar la expulsión y negoció la dispersión del grupo a las distintas zonas de influencia de las LAC.

Entre 1972 – 1975, Ubaldo formó parte del Equipo Nacional de Educación de Escuelas Campesinas de las Ligas Agrarias, y junto con Margarita Durán, se convirtieron en los únicos miembros no campesinos de la Dirección Nacional de las Ligas Agrarias Cristianas (LAC).  La asistencia de Ubaldo a las escuelas campesinas cubría toda la zona de influencia de las LAC (Cordillera, San Pedro, Paraguari, Misiones) Sus compañeros de ruta en la zona de la Cordillera fueron Margarita Durán, Rosita Prieto, Rogelio Melgarejo, Indalecio Riquelme. 

También fue miembro del Movimiento Cristiano por el Socialismo, el Grupo de los 70, número de miembros sacerdotes, religiosos y religiosas, que iniciaron el movimiento cristiano por el socialismo, vinculado a la organización de las Ligas Agrarias Cristianas.

Entre 1973 – abril de 1976, integró el equipo técnico de coordinación del Proyecto de Promoción Urbano, Rural, Indígena (PROMURI), obra social de Misión de Amistad, cofinanciada por un grupo de instituciones ecuménicas de cooperación europea. En este proyecto se desempeñó  como promotor, coordinador de educación y coordinador general. También fue director de programas de Misión de Amistad. El equipo estuvo coordinado además por Gorge Grümberg (Proyecto Paî Tavyterâ), Dionisio Borda (proyectos productivos rurales) y Marcelino Zarza (proyectos de barrios marginalizados de Asunción), y apoyado por los voluntarios holandeses Thea y Gerrit de Jager; este último, consultor de la UNESCO. El Proyecto incorporó a un considerable número de profesionales, estudiantes y jóvenes promotores, entre ellos a Cristóbal Ortiz, Xana Ferreira, José Gil Ojeda, Leonardo Miño, Basílica Espínola, Waldina Soto, Ramón Jiménez. Mi incorporación al Proyecto, en abril de 1975, me permitió formar parte del Equipo, y conocer a Ubaldo desde entonces.

Paralelamente al trabajo en la Misión de Amistad, Ubaldo fue Asesor Pedagógico del Colegio Agropecuario "San Francisco de Asís" de la Orden Misionera Franciscana, en Cerrito - Benjamín Aceval, Chaco, donde trabajó con Rosita Prieto, Rogelio Melgarejo, y la asesoría  de Dionisio Borda y Andrés Werle.  En este Colegio terminaron su secundaria básica y agronómica, un grupo de niños egresados de las escuelas campesinas de las tres zonas de las LAC.

A fines de 1975, y tras un breve noviazgo, Ubaldo y yo nos casamos en el Juzgado de Paz y la Iglesia de Lambaré, en una mañana de diciembre, rodeados de nuestros familiares y amigos, sacerdotes, seminaristas, ex compañeros. Pocos meses después, durante la represión a la OPM, los movimientos campesinos y estudiantiles, y tras la intervención de la policía de investigaciones en la Misión de Amistad, con el encarcelamiento de la mayoría de los miembros de PROMURI, nos asilamos en la Embajada de Alemania en Asunción, e iniciamos el exilio el 15 de mayo de 1976, que duraría más de 12 años.

La primera tarea que desempeñamos en el exilio fue la de contribuir a informar sobre la agudización de la represión en la coyuntura 1974 -1976 en el contexto de la larga dictadura militar, para plantear,  junto a los Jager, la necesidad de crear una instancia de ayuda a los presos, torturados y familiares,  financiada por las instituciones donantes de PROMURI -Iglesia Discípulos de Cristo (EEUU), Pan para el Mundo (Iglesia Luterana, Alemania Occidental), IICO (Holanda), y la red de solidaridad con Paraguay. El acuerdo logrado dio origen al Comité de Iglesias de Ayuda para la Emergencia (CIPAE) y unió, por primera vez, las acciones de las iglesias Católica, Discípulos de Cristo y Luterana Alemana en el Paraguay, ante los efectos de la represión de la dictadura al movimiento social y popular nacional.

En Alemania, donde nació nuestra primera hija, Satina, recibimos el apoyo de Pan para el Mundo, una beca de estudios del alemán (1976-1977) y para proseguir nuestros estudios superiores en México (1977-1980) Aquí, Ubaldo cursó la Maestría en Educación, en  la Universidad Iberoamericana, de los Jesuitas, que concluyó con la tesis sobre una Caracterización de la educación en el contexto del desarrollo del Paraguay (Chamorro, 1980).

En la Ciudad de México, donde nació nuestra segunda hija, Anaí, contribuimos a la cohesión de los paraguayos asilados, estudiantes de posgrado, como Jorge Lara Castro, Darío Salinas, e inmigrantes en México. Fundamos el Comité de Solidaridad con el Paraguay (1979), conformado por exponentes de la vida intelectual, social, política y artística de connacionales, mexicanos y latinoamericanos, en apoyo a la causa de las libertades y la democracia en el Paraguay.

En junio de 1980, inmediatamente después de la defensa de su tesis, Ubaldo viajó a trabajar a Bolivia, contratado para coordinar los programas educativos de Ayuda al Campesino del Oriente Boliviano, APCOB, Institución de Investigación y Promoción, con sede en Santa Cruz de la Sierra, financiado por Pan Para el Mundo, y orientado a las comunidades indígenas Guaraní y Ayoreo, en el Chaco boliviano.  En Santa Cruz inició contactos para plantear nuestro regreso al Paraguay, pero la ola represiva que siguió al ajusticiamiento de Somoza en Asunción le hizo desistir del proyecto.

A su regreso a México a mediados de 1981, se incorporó al sector de la educación superior. Trabajó como docente instructor e investigador en la Asociación Nacional de Universidades e Institutos de Educación Superior (ANUIES), México D.F, entre 1982 y su retorno al Paraguay en octubre de 1988.

En la ANUIES prestó asistencia técnica pedagógica para el fortalecimiento institucional de las universidades públicas del interior, con énfasis en la profesionalización docente. Junto con Marcela Tovar[2] desarrolló una investigación sobre la articulación docencia e investigación científica, para la profesionalización de la docencia universitaria, cuyo informe fue reproducido y difundido como documento de trabajo en la capacitación de los docentes universitarios. En forma simultánea, realizó distintas actividades que le permitieron tener una inserción personal y profesional particular en el ambiente de la educación superior en México.

Fue Asesor del Seminario de Urbanismo de la Facultad de Arquitectura – Autónoma, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), para la elaboración del Proyecto Curricular para la Licenciatura en Urbanismo, México D.F., 1984 - 1986.  Además, fue profesor titular en la cátedra Investigación y Didáctica de la Enseñanza Universitaria, Posgrado de la UIA y de la Universidad de la Salle, respectivamente, en México D.F. Escribió artículos y documentos de trabajo,  en forma conjunta o en discusión con Marcela Tovar.

Al retornar al Paraguay, en los últimos meses del gobierno de Stroessner, octubre de 1988, Ubaldo se integró al trabajo con las organizaciones no gubernamentales (ONG)  En primer lugar, al Equipo de Salud Integral y Comunitaria (ESIC) y a Callescuela, con quienes empezó a contactar desde México a instancias de Benno Glauser. Ya en plena apertura de la transición política paraguaya, contribuyó a la integración de ambas organizaciones para la creación del Colectivo Interdisciplinario de Desarrollo Educativo (CIDE), de quien fue Coordinador del Área Educativa (1989 – 1992), miembro del Consejo Editorial de la Revista Ajaka, y Director (1993 –1994). Fueron compañeros y compañeros de este proceso institucional y de su acción social Néstor Vera, Teresa Mereles, Aldo y Rubén Vera, Oscar López, Basílica Espínola, Victoria Peralta, entre otros.

Asimismo, entre noviembre de 1988 -  diciembre de 1998 integró el equipo de analistas de Análisis del Mes, revista mensual de BASE (ONG), como responsable del capítulo Sociedad / Educación.

Entre 1990 – 1991, fue Encargado de Cátedra en Metodología de la Investigación en la Escuela de Trabajo Social, del Instituto Andrés Barbero,  Además, se desempeñó, sucesivamente,  como asesor de la dirección y profesor encargado de la materia de Teoría del Conocimiento de los cursillos de ingreso, entre 1995 – 2002.

Entre 1991 – 1992 fue Director del Instituto Pedagógico y Profesor Titular del Seminario Sociología de la Educación en el Paraguay de la Facultad de Filosofía de la Universidad Católica de Asunción.  Convocó a Margarita Durán a la cátedra de Historia de la Educación en el Paraguay, así como a un grupo de jóvenes profesionales de las Ciencias Sociales, e impulsó la democratización de la Facultad junto con la Asociación de Profesores.

A su salida de la UCA, marginado por los juegos de poder, fundó TAPE`A (voz guaraní que significa “fruto del camino” o “hacerse camino”), un espacio y una organización pedagógica alternativa, con Inés Perrotta, Santiago Caballero, Nina Villalba, Rubén Vera, Cira Novara y la que escribe.  Desde esta organización se ofreció alternativas al análisis de la educación, la capacitación docente, y de todos los actores educativos, incluido los gremios docentes, las instituciones educativas públicas y privadas, en el marco de la reforma educativa, y por un proyecto país libre, democrático, incluyente.

Entre  1995 - 2000, se integró a UNICEF como Especialista en Educación, desempeñando sucesivamente el cargo de Oficial de Programa, Coordinador de Educación, y Consultor Externo, donde se destacó en el diseño y ejecución del Programa Escuela Activa Mitä irû en cogestión con el MEC y Plan Internacional. Este Programa, basado en la experiencia de la Escuela Nueva de las zonas rurales y cafetales de Colombia, fue rediseñado y recreado en el contexto y la historia de la educación en el Paraguay[3], e implementado gradualmente en las áreas rurales de mayor rezago educativo, para lograr la inserción y permanencia activa de los niños campesinos en la vida escolar, con base en la consideración del interés, el desempeño y la organización de los niños en el Gobierno Escolar. Otros aspectos claves del Programa fueron: el cambio de la metodología de trabajo del docente, tanto en el aula como en todos los ámbitos de la escuela; la gestión pedagógica de los plurigrados, y la implementación de la educación bilingüe guaraní-español, con el que se logró la formación de los niños y niñas bilingües coordinados.  

Los evidentes logros y potencialidades del Programa en su eficacia y eficiencia interna, y su continua expansión hacia otros departamentos, desde su implementación piloto en Caaguasú, lo proyectaría como el programa nacional para el fortalecimiento de la reforma de la educación escolar básica, del MEC. La definición final como Programa Escuela Viva Hekokatuva, del MEC – BID (2001-2007),  sin embargo, excluyó a Ubaldo al optarse por su focalización[4]. La experiencia de la Escuela Activa “Mitâ irù”, sin embargo,  se mantiene por sus referencias teóricas, metodológicas y prácticas acerca de las alternativas para la prevención del fracaso escolar en las escuelas públicas rurales y urbanas, involucrando a todos los actores educativos, locales, departamentales y nacionales, y su impacto en la expresión y desenvolvimiento de las niñas y niños.  Por el esfuerzo demandado como compromiso personal y colectivo de nuevos y antiguos compañeros de ruta. Entre los primeros, se destacaron César Rodas Garay, sus compañeros y compañeros docentes; Marta López – Centurión en la paciente elaboración de los materiales y textos junto con los equipos docentes, y su edición; la asistencia de Dominique Demelenne para la sistematización del Programa. Desde Plan Internacional – Paraguay, Néstor Vera impulsó la expansión de la experiencia en las comunidades rurales bajo la influencia de las intervenciones comunitarias en favor del ejercicio de los derechos de los niños y niñas, como es el caso del Departamento de Paraguarí.

Por otra parte, como miembros del Comité Directivo de TAPE`A,  fuimos fundadores de la Federación de Desarrollo del Campesino (TEKOKATU, 1998) y de la Asociación de Organizaciones No Gubernamentales (POJOAJU, 2002).

Como Especialista en Educación de TAPE`A, entre el 2001-2003, Ubaldo trabajó en la capacitación de capacitadores, promotores, educadores populares, indígenas y profesionales miembros de diversas organizaciones mixtas y no gubernamentales (Proyecto AMAR, PRODECHACO, CIPAE, ALTER VIDA, CCDA, SERPAJ), diversas cooperativas (Programa de Educación de COOMECIPAR, ACORDES), el Programa Tesaî Reka de las Organizaciones Campesinas y el Gobierno del Departamento Central. En este último caso, Ubaldo, junto con Rubén Vera, Secretario de Educación de la Gobernación, se encargó de la organización y ejecución del Primer Foro de Educación del Departamento Central (2001).

En el ámbito gremial y político, se desempeñó como asesor de los programas de educación de la Central Unitaria de Trabajadores (1991 – 1994), de la Organización de Trabajadores de la Educación del Paraguay, OTEP (1990-1995), del Movimiento de Acción Social - Sindicato Nacional y del Sindicato de Trabajadores Sociales (STS) de quien fue miembro activo. Asimismo, contribuyó a la formación de las capacidades de expresión política de las organizaciones gremiales, tanto urbanas como rurales, destacándose su participación como miembro de la Plenaria Popular del Congreso Democrático del Pueblo, en la movilización por la defensa de los bienes público (2002), del que fue Coordinador.

Ubaldo reivindicaba su origen chaqueño en todas las oportunidades que tenía, pero sólo volvió a Puerto Guaraní a principios del 2003, para la ejecución de un curso del Comité de Iglesias en Puerto Casado, y llegó a Fuerte Olimpo, dentro de la asesoría a PRODECHACO.

Falleció el 18 de enero de 2004, en un accidente de tránsito sobre la Ruta 1, en las afueras de la ciudad de Eusebio Ayala,  a nuestro regreso del Campamento de Maestros del MAS – SN realizado en la reserva Tatî jupi de la Itaipú (Hernandarias, Alto Paraná), y meses antes de cumplir sus 59 años de vida. En abril 2011, recibió el reconocimiento póstumo del Gobierno Nacional, con la Medalla del Bicentenario a la Excelencia Educativa. La Dra. Margarita Durán, también recibió dicho reconocimiento, en el mismo evento oficial.

 

Publicaciones

  • ANUIES, 1983, La investigación y la docencia. Algunos elementos teóricos y metodológicos para la acción educativa universitaria, Ubaldo Chamorro y Marcela Tovar, Documento de trabajo, México D.F.
  • ANUIES, 1986, La investigación en la práctica docente, Ubaldo Chamorro y Marcela Tovar, Documento de trabajo, México D.F.
  • ANUIES, 1987, La investigación educativa. Algunos elementos metodológicos, Ubaldo Chamorro y Marcela Tovar, Documento de trabajo,  México D.F.
  • Centro de Información y Recursos para el Desarrollo (CIRD)-Comité Paraguay – Kansas,  "Un proyecto de desarrollo educativo alternativo para la transición hacia la democracia", en: Desarrollo en el Paraguay. Contribuciones a una visión global, Daniel Campos (Compilador), Ed., Asunción, 1991. pp. 159 - 171.
  • Chamorro, Ubaldo, (1985), "El proceso curricular. Un planteamiento alternativo", en: Foro Universitario, Revista del Sindicato de Trabajadores de la UNAM (STUNAM), México D.F.
  • -------------------------- , (1988), “Características del conocimiento científico", en Ciencias de la Educación, Revista, México D.F., 1988.  
  • -------------------------- , (1992), “Consideraciones en torno a la acción educativa promocional” y “En torno a la capacitación en la acción promocional”, en: Ajaka, Revista de Análisis y Recuperación de Experiencias del CIDE, dedicada a la Educación Popular. Concepciones, experiencias y perspectivas en el Paraguay., Asunción, 1992, pp. 31-33 y 33-36.
  • Chamorro, Ubaldo y Perrotta, Inés, (1996), Hacia un movimiento pedagógico nacional. Más allá de la reforma, Tape´a, QR Producciones, Asunción.
  • Charrorro, Ubaldo y Demelenne, Dominique, (1999), Construyendo la Escuela Activa. Manual del Programa, Módulo 1, Programa Escuela Activa “Mitâ irû” MEC – UNICEF – PLAN INTERNACIONAL – MEC-BID. Programa de Mejoramiento de la Educación Primaria, Asunción.
  • Chamorro Lezcano, Ubaldo (*), (2004), Caracterización de la educación en el contexto del desarrollo del Paraguay, en: Suplemento Antropológico, Vol XXXIX, Nº 1, junio 2004. ISSN 0378-9896, Asunción, pp.11 – 162.
  • PRODER / PNUD / FAO, 1981, Un modelo de Educación y Capacitación campesina, Ubaldo Chamorro Lezcano, Proyecto de Capacitación y Organización para el Desarrollo Rural, México D.F.

 


[1] Puerto Guaraní , ubicado a 750 km de Asunción, a orillas del río Paraguay, departamento de Alto Paraguay, Chaco, fue un puerto privado gestionado por los enclaves extranjeros, forestal y taninero, y que durante el auge del tanino en los 20 y 30 llegó a tener cerca de 3.000 habitantes. Actualmente, su población es de alrededor de 500 habitantes.   

[2] Compañera de la Maestría en Educación,  Marcela fue convocada por  la ANUIES donde compartió con Ubaldo la asistencia a todas las universidades públicas del interior de México, entre las que se destacan, por el seguimiento más prolongado para la reforma curricular y la capacitación docente, la Universidad Autónoma de Chihuahua,  de Oaxaca, de Colima, de Chilpancingo (Guerrero), y de Tuxtla Gutiérrez (Chiapas)

 

[3] La modalidad de escuela activa había sido implementada en el Paraguay en la década de 1920,  asociado con la labor del destacado maestro Ramón Indalecio Cardozo, y en las escuelitas campesinas de las LAC, asociado con el movimiento campesino paraguayo a fines de la década de los sesenta y principio de los setenta.

[4] El Programa Escuela Viva, fue focalizado en 1.000 escuelas rurales, 150 urbanas y 30 indígenas, y aunque se previó su expansión a través de las supervisiones departamentales y zonales, sólo lo lograría en algunos de sus ejes de acción.